La ciudad meridional de Niza -la quinta de Francia en cuanto a población- es hoy la más vigilada de Francia, con más de 3.000 cámaras de videovigilancia.
En 2008, su alcalde, Christian Estrosi, hizo de la vigilancia digital una prioridad. En 2016, tras los atentados del 14 de julio que dejaron 86 muertos en Niza, dio un nuevo paso y confió en tecnologías más intrusivas.
La ciudad utiliza varios paquetes de software de análisis automático de imágenes. La comunidad ha instalado decenas de botones de alerta en los comercios locales y ha tratado de desplegar una aplicación de denuncia. Niza fue la primera ciudad que experimentó con el reconocimiento facial en Francia en 2019. La ciudad también estuvo involucrada en un proyecto fallido de reconocimiento facial en las escuelas secundarias.